La Comisión Permanente del Congreso de México formó un grupo de legisladores para ir a Estados Unidos y hablar con congresistas, con el fin de detener la propuesta de cobrar un 5% de impuesto a las remesas que envían los migrantes mexicanos
Esta medida, impulsada por legisladores de mayoría republicana en la Cámara de Representantes de EE.UU., ha generado preocupación en México por su impacto económico y social.
Adán Augusto López Hernández, presidente de la Junta de Coordinación Política del Senado mexicano, fue el principal promotor de esta iniciativa.
López subrayó que gravar las remesas sería injusto y violatorio de derechos humanos, ya que implicaría una doble tributación para los migrantes.
Explicó que estas personas ya pagan impuestos sobre sus ingresos en Estados Unidos, por lo que añadir un impuesto adicional sobre el dinero que envían a sus familias en México resultaría una carga excesiva.
Además, señaló que los senadores mexicanos van a Washington para hacer oír la voz de México, no solo en defensa de sus migrantes, sino de todos los migrantes que viven en Estados Unidos
Para reforzar esta postura, el grupo de legisladores mexicanos planea entregar un documento técnico y político ante la comisión correspondiente del gobierno estadounidense, en el que se expresará formalmente el rechazo a la iniciativa fiscal.
López Hernández recordó que en total, los migrantes de diversas nacionalidades que viven en Estados Unidos envían alrededor de 650.000 millones de dólares al mundo, y México es uno de los principales beneficiarios con más de 65.000 millones de dólares en remesas anuales.
La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, también se pronunció en contra de esta propuesta, calificándola como una "injusticia" y una medida discriminatoria que afectaría gravemente a los migrantes mexicanos.
Sheinbaum enfatizó que los migrantes ya cumplen con sus obligaciones fiscales en Estados Unidos y no deberían ser penalizados con un impuesto adicional por ayudar a sus familias en México