El Gobierno mexicano descartó este martes que el país se encuentre en recesión, a pesar del entorno internacional complejo.
Durante el foro "Impulsando la competitividad de América del Norte", funcionarios de alto nivel subrayaron la fortaleza estructural de la economía nacional y su papel estratégico ante los cambios en el comercio regional.
Rodrigo Mariscal Paredes, economista en jefe de la Secretaría de Hacienda, explicó que no se cumplen los tres criterios clave para declarar una recesión: profundidad, duración y generalización. Además, señaló que sectores como el de servicios continúan en expansión, y que el empleo, los salarios y el ahorro siguen en aumento, lo que refuerza la economía de los hogares.
Estas declaraciones surgen en un contexto donde el Fondo Monetario Internacional (FMI) ha ajustado a la baja sus previsiones económicas para México. En abril, el organismo estimó una contracción del PIB de 0.3% para este año, derivada del impacto de las políticas proteccionistas del Gobierno de Estados Unidos.
Ante este panorama, el secretario de Economía, Marcelo Ebrard, aseguró que México se está preparando para aprovechar una transformación profunda en las cadenas globales de suministro. Expuso que el país tiene en marcha un portafolio con más de 2 mil proyectos de inversión privada, tanto nacional como extranjera, que en conjunto representan cerca de 298 mil millones de dólares.
Ebrard destacó que esta nueva economía regional, impulsada por el fenómeno del nearshoring, ofrece a México la oportunidad de atraer industrias clave como la de semiconductores, farmacéutica y minerales estratégicos. Recalcó que se avanza en la creación de un plan maestro de semiconductores en conjunto con Estados Unidos y Canadá.
Aunque el 86% del comercio con los países del T-MEC está libre de aranceles, el secretario advirtió que México necesita reducir su dependencia de importaciones y mejorar su infraestructura. Como respuesta, se impulsa el llamado "Plan México", una estrategia integral para fortalecer la capacidad productiva nacional.
La iniciativa contempla el desarrollo equitativo entre regiones, el acceso a servicios financieros, la digitalización de la economía y la homologación de regulaciones comerciales y aduaneras. Ebrard concluyó que el país está listo para integrarse plenamente en la nueva economía de América del Norte, bajo una lógica de eficiencia y soberanía económica compartida.