El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y el mandatario de Sudáfrica, Cyril Ramaphosa, protagonizaron un tenso intercambio este miércoles sobre la situación de la minoría blanca afrikáner en Sudáfrica y las denuncias de un supuesto "genocidio" contra este grupo.
La discusión ocurrió en el contexto de la acogida de varias familias afrikáner en Estados Unidos, que alegan persecución racial en su país de origen, algo que el gobierno sudafricano rechaza categóricamente.
Durante la reunión, Trump expresó preocupación por la situación de los agricultores blancos que, según dijo, están huyendo de Sudáfrica y calificó como "muy triste" este fenómeno.
En respuesta, Ramaphosa negó la existencia de un genocidio contra los afrikáners y pidió que se escuche a la población sudafricana antes de aceptar esa versión. "Si hubiera un genocidio de granjeros afrikáners, te puedo asegurar que estos caballeros no estarían aquí", afirmó, refiriéndose incluso a su ministro de Agricultura, John Steenhuisen, que es de esa comunidad.
Trump mostró durante la reunión un video y recortes de prensa que, según él, evidencian la persecución y ataques contra sudafricanos blancos. Sin embargo, Ramaphosa le pidió pruebas concretas y señaló que la violencia afecta a toda la población. "La gente que lamentablemente es asesinada debido a la actividad criminal no solo son blancos. La mayoría son negros", explicó el presidente sudafricano.
Ante esto, Trump comentó que no sabía si esa realidad era "buena o mala", pero insistió en que los agricultores que denuncian persecución no son negros. Este choque refleja la tensión creciente entre ambos gobiernos sobre cómo interpretar y actuar frente a la situación en Sudáfrica, que ha cobrado relevancia internacional.
En un paso más en esta disputa, el gobierno de Trump ha decidido no participar en los eventos del G20 que se realizarán en Sudáfrica este año, como una forma de presión hasta que se aclare lo que consideran una crisis humanitaria para la minoría blanca del país africano.
La polémica se centra en la seguridad rural en Sudáfrica, donde se reportan numerosos ataques a agricultores, tanto blancos como negros, en un contexto de alta violencia generalizada. Sin embargo, el término "genocidio" genera desacuerdos y divide opiniones internacionales.
Mientras Estados Unidos apoya a las familias afrikáners refugiadas, Sudáfrica insiste en que no existe persecución sistemática basada en raza, y pide a la comunidad internacional evitar conclusiones precipitadas. La situación sigue siendo un tema delicado que puede afectar las relaciones diplomáticas y la percepción internacional sobre la seguridad y derechos humanos en Sudáfrica.